Atrofia y sequedad vaginal
La disminución de hormonas sexuales en la menopausia provoca
cambios en el área vulvovaginal de la mujer. Las pacientes nos consultan por
sequedad, irritación, ardor, dolor o falta de lubricación en las relaciones. En
ocasiones estos síntomas se asocian a clínica urinaria del tipo disuria,
infecciones y urgencia miccional. Cuando asociamos los síntomas urinarios a los
genitales ocurre lo que denominamos Síndrome Genitourinario de la Menopausia
(SGM).
El tratamiento con estrógenos locales (TEL) se considera de
elección cuando esta sintomatología es leve o moderada. La mayoría de las
pacientes encuentran mejoría con estos tratamientos. En ocasiones la
sintomatología es severa o la paciente no encuentra mejoría con los
tratamientos locales. El ospemifeno es un SERM oral, que se caracteriza por ser
un fármaco no estrogénico indicado para el síndrome genitourinario de la
menopausia, cuya peculiaridad es que puede usarse en pacientes con antecedentes
de cáncer de mama.
El láser es una alternativa terapéutica para los síntomas de
atrofia, sequedad y molestias urinarias debido al estímulo que produce para
regenerar los tejidos y mejorar la hidratación natural.
El ácido hialurónico es el elemento del tejido conectivo que
proporciona el tono y la flexibilidad. Inyectando ácido hialurónico reticulado
de densidad baja de manera superficial conseguimos hidratación y engrosamiento
del tejido debido a su propiedad de retener agua. Su efecto dura entre 6 meses
y un año.
El plasma rico en plaquetas (PRP) favorece la síntesis de matriz
extracelular, neovascularización y la regeneración de las células del tejido,
mejorando así la atrofia vaginal y vestibular. Estas terapias son prometedoras
para pacientes con antecedentes de cáncer de mama o que no deseen o no hayan
respondido al uso de tratamientos hormonales.
La terapia hormonal sustitutiva ha demostrado mejorar los sofocos,
sudoraciones, cambios emocionales y la libido; pero los resultados no son
favorables para tratar la atrofia genital en la mujer.